Estructura ultra resistente: hechas de polipropileno de alto espesor, estas macetas no se deforman ni rompen aunque las manipule maquinaria pesada o se expongan a sol intenso durante años. Son ideales para uso repetido y para plantas que desarrollan raíces vigorosas que podrían romper contenedores más débiles.
Drenaje y aireación superiores: gracias a diseños avanzados, como múltiples orificios grandes en el fondo y paredes con ranuras, garantizan un drenaje inmediato del agua sobrante. Muchos modelos inyectados (ej. Teku MCI/MCH) incorporan patas o pies que elevan la base de la maceta, permitiendo que el aire circule debajo y las raíces respiren, lo que previene asfixia radicular y acelera el crecimiento.
Protección radicular: el plástico grueso y opaco aísla el cepellón de la luz y en parte de la temperatura exterior. En verano, las raíces están más protegidas del calor excesivo, y en invierno del frío. Además, al no pasar luz, se evita el crecimiento de algas verdosas en el interior que consumen nutrientes y ensucian el sustrato.
Tamaños grandes disponibles: a diferencia de las macetas ligeras (que suelen ser pequeñas o medianas), las series inyectadas ofrecen formatos medianos y grandes (desde 1-2 litros hasta 20-30 litros o más de capacidad). Esto las hace aptas para cultivar ejemplares mayores, como frutales, olivos jóvenes, coniferas, que requieren más volumen de suelo y permanecerán más tiempo en maceta antes de ser plantados en tierra.
Reutilización y economía a largo plazo: aunque su coste inicial es superior, cada maceta inyectada puede usarse en numerosos ciclos de cultivo. A la larga, se reduce la necesidad de comprar macetas nuevas cada temporada y se genera menos residuo plástico. Son también reciclables al final de su vida útil, contribuyendo a una producción más sostenible.