Las tuberías de riego son los principales elementos de un sistema de riego, siendo las responsables de conducir el agua desde el lugar de arranque hasta los campos de cultivo o hasta aquellas zonas que estamos interesados en regar.
Las tuberías utilizadas para transportar el agua con el objetivo final de regar son circulares. Esto tiene una explicación, y es que la forma circular ofrece a las tuberías una mayor eficiencia en la circulación del agua puesto que las pérdidas de presión son inferiores en esta forma respecto de las otras. Además, cuando una tubería circular se coloca bajo tierra obtiene una mayor capacidad de resistencia y adaptación a las grandes cargas de agua que en el caso de una tubería de forma plana.
Dicho esto, debemos entender que los tipos de tuberías que se utilicen en el proceso de riego vendrán influenciados por varios factores. La temperatura del agua es uno de los factores más importantes a la hora de escoger un tipo de tuberías u otras. A causa de esto existen tuberías creadas con materiales termoplásticos que permiten cambios en su forma a través de la temperatura del agua y de la presión que esta ejerce. El otro factor más influyente a la hora de utilizar unas tuberías u otras son las condiciones externas de instalación. Debe conocerse a la perfección el entorno de instalación de las tuberías para sacar el máximo rendimiento al sistema de riego. De no ser así, no cumpliremos con las expectativas esperadas.