Determinar el momento adecuado para tutorar nuestras plantas es fundamental para garantizar un crecimiento saludable y robusto. Para ello, es importante prestar atención a varios indicadores clave. Uno de los principales factores a considerar es la longitud de los tallos: es preferible esperar hasta que la planta tenga alrededor de 30 cm de altura antes de comenzar el proceso de tutorado. Antes de esta etapa, los tallos suelen ser demasiado débiles y corren el riesgo de romperse. Por otro lado, si esperamos demasiado y la planta está muy crecida, puede resultar difícil o incluso imposible modificar su crecimiento de manera efectiva.
Además de la longitud de los tallos, es importante tener en cuenta la estructura y el material del tutor que vamos a utilizar. La elección del material y el diseño del tutor deben adaptarse a las necesidades específicas de cada planta, así como a las condiciones ambientales del entorno, como la exposición al viento. Al prestar atención a estos factores y esperar el momento adecuado, podemos asegurarnos de que el proceso de tutorado sea efectivo y beneficioso para nuestras plantas.